María Alejandra llegó al colegio más entusiasmada y cariñosa de lo que habitualmente era. Abrazó a cada uno de sus compañeros y les manifestó el profundo cariño que sentía por ellos. Cuatro horas después, murió arrollada por un camión en la entrada de la casa de sus abuelos, en Dolega, provincia de Chiriquí.
Cursaba el Séptimo Grado en el colegio Beatriz Miranda de Cabal. María Alejandra Strach era considerada la mejor estudiante de matemáticas de la escuela, al punto que sus compañeros de salón la apodaban "La nieta de Pitágoras".
La estudiante salió temprano ese día del colegio (a las 3: 00 p.m.), porque en el plantel no había agua potable. Inmediatamente se dirigió a la casa de sus abuelos, pero al bajar del bus, justo enfrente de esa residencia, cruzó la calle sin percatarse de que un vehículo de la empresa Ferretería Lee Sang venía en el otro carril. María Alejandra murió casi instantáneamente.
Sus compañeros de clases lloraban ayer, jueves, desconsolados cuando 'Crítica' llegó al plantel. "María Alejandra era una amiga para todos, alegre, sincera y sobre todo preocupada por nuestro aprendizaje en matemáticas. Era la mejor estudiante de matemáticas, a tal punto que le decíamos que era La nieta de Pitágoras", señalan.
Era una chica alta, por eso ocupaba la última banca del salón en la esquina. Lugar que ayer permanecía vacío.
LA TRAGEDIA
Narran sus compañeros que todo ocurrió de manera imprevista. La tarde del pasado miércoles salieron temprano y María Alejandra expresó que quería llegar pronto a la casa de sus abuelos. La estudiante se despidió de sus compañeros y abordó el bus de Dolega, sin saber que ese sería su último viaje.
Horas antes de morir, María Alejandra aprovechó la hora de Educación Física para embellecer a sus compañeras, maquillándolas. Les recordaba lo importante que es verse bien. Sus amigas recuerdan que siempre usaba en sus maquillajes el rosado y el rojo.
"María siempre dijo que su mayor anhelo era convertirse en una doctora o profesora de matemáticas", recordó su consejera, Yira De Gracia.
"Era una niña de buenos sentimientos, obediente y mantenía buena comunicación con sus compañeros de clases", agregó.
El director del plantel, Gilberto Aguilar, dijo que María Alejandra tenía metas que quería cumplir y su vida quedó truncada por ese fatal accidente.
ACCIDENTE
Siempre estaba reída
María Alejandra era la mayor de cuatro hermanos.
Vivía con su abuela paterna.
Le gustaba la música del reguesero panameño Joey Montana.
Jugaba voleibol en el equipo de su colegio.
Quería ser doctora o profesora de matemáticas.
Sus honras fúnebres serán hoy, viernes, en horas de la mañana en la iglesia San Francisco de Asís, en Dolega.