El tiempo que a Remigio Barret, un transportista de combustible de la provincia de Chiriquí, le tomaba para llegar al centro de acopio en Terminal Chevron Bahía Las Minas en la provincia de Colón y llenar su camión era de unas 18 horas.
Ahora, entre el mal estado de la carretera y el nuevo sistema de carga en el centro de acopio, en donde las filas son interminables, a Remigio Barret le toma hasta dos días para realizar un viaje.
"Este negocio ya no es rentable. Por una vuelta me pagan $ 80.00 y tengo dos días de estar haciendo fila y entre desayuno, almuerzo y cena todo lo que gano se me gasta", comenta Barret un tanto molesto.
Antes se cargaba el combustible por orden de llegada, pero ahora se hace por una ronda de siete camiones, aseguró un grupo de transportistas que se encontraba esperando sus respectivos turnos fuera del centro de acopio en Colón.
Primero le toca el turno a dos camiones de Texaco, después vienen dos de Delta, para que luego carguen los demás distribuidores de combustible, explica Manuel Tello, un transportista quien tiene más de 30 años de dedicarse a este negocio.
"Este sistema de carga es un servicio nefasto. Las calles están llenas de huecos, aquí no hay un baño para darnos una ducha, un sanitario para los chóferes que tienen que hacer sus necesidades en el monte, expuestos a que nos muerda una culebra, no tenemos dónde comer, esto es un verdadero desastre", denunció Tello.
Los que viajan de Panamá a Colón en menos de 18 horas hacían de dos a tres vueltas y ahora en 16 horas solamente pueden sacar un viaje, algo que no es rentable, reiteró el transportista herrerano.
"Yo vengo de Ocú y para sacar un viaje me toma hasta un día y medio y por vuelta me pagan $35.00 y ya llevo gastados $20.00, quién puede vivir así", agregó Félix Navarro.
Otro que se está viendo afectado con las largas filas es Julio Javier Quintero, un transportista que viaja todos los días desde la provincia de Veraguas y con el combustible de su mula abastece a diversas estaciones del interior del país como Aguadulce, El Roble, Ocú, entre otras. "Llegar a Colón me toma cinco horas y cargar el combustible me toma unas 19, situación que en el peor de los casos lo que va a traer como consecuencia es que las estaciones se queden sin combustible".
RESTAURANTE AMBULANTE
A falta de un local para comer, Sandra Tuñón, junto a su madre, María Centeno, viajan todos los días desde Villa Nueva, Alcalde Díaz, hasta Bahía Las Minas, en Colón, para venderles a los muleros un plato de comida.
En el maletero de su auto, Sandra tiene las ollas con sus diversos menús que van desde filete de pollo, con arroz y ensalada de tomate con pepino, pescado frito, carne, entre otros.
"Con estas largas filas ahora venimos en el almuerzo y en la cena, y la comida la tenemos en el maletero del carro porque aquí no hay dónde servirla y si está lloviendo, perdemos en la venta y ellos se quedan sin comer", dijo la vendedora.
NO HUBO RESPUESTA
Crítica trató de contactar en reiteradas ocasiones al ingeniero Herman Santos, gerente de Terminales Chevron para conocer su versión al respecto, pero no fue posible; sin embargo, el coordinador de Logística de Terminales Chevron, Gilberto Llerena, manifestó que no está autorizado para dar declaraciones.
