Hoy el mundo conmemora el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, fecha en donde se considera la responsabilidad social y política de todos en la defensa de los derechos de denominado sexo débil.
En un planeta trastornado por conflictos, la mujer aparece en medio del campo de batalla, pero incluso ni siquiera el hogar propio de ellas es seguro para su vida.
Las Naciones Unidas advierten de las graves violaciones a los derechos de las mujeres en �frica, Asia, América Latina y hasta en Europa, en donde los golpes y la tortura psicológica es constante, afectando la familia y la relación de pareja.
En los países musulmanes, la mutilación genital femenina se ha convertido en un debate tenso ante el radicalismo islámico y las violaciones sexuales a las mujeres en Pakistán hasta obligaron a modificar leyes arcaicas que no daban efectiva protección a las damas.
Uno de los graves problemas de América Latina es el incremento de los índices de violencia en contra de las féminas.
Datos recopilados indican que el porcentaje de mujeres casadas o unidas que alguna vez sufrieron violencia física o sexual por parte de la pareja fluctúa entre 22% (República Dominicana) y 53% (Bolivia).
En Nicaragua (1997), República Dominicana (2002), México (2003) y Bolivia (2003) las mujeres que trabajan sufren más violencia física que las que no trabajan.
Todos debemos hacer una reflexión ante la gravedad de la violencia en nuestra región y Panamá no escapa a ello.
Según la Alianza del Movimiento de Mujeres de Panamá, en el 2006 fueron asesinadas en el istmo unas 23, mientras casi 400 fueron violadas sexualmente.