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El Presidente de Nicaragua, Enrique Bolaños, quiere quedarse con el santo y la limosna. Tanto así sugiere el cable de EFE, publicado ayer por Crítica. Resulta que don Enrique, quien fue vicepresidente en el período anterior, está recibiendo-además de su salario presidencial de 15 mil dólares mensuales-la pensión de 8 mil dólares al mes que corresponde a los vicepresidentes nicarag�enses. En total, son 23 mil dólares mensuales que el mandatario nica se mete al bolsillo todos los meses.
Aunque la situación económica de Nicaragua, uno de los países más pobres de América, deja bastante que desear y aunque el pueblo nicarag�ense le ha exigido que renuncie a la pensión vicepresidencial, el Presidente Bolaños dice que mientras esté vigente la Ley de Pensiones, seguirá cobrando los dos cheques.
La integridad, parece, es cada vez más ajena a la política de nuestra América. Acciones como la del mandatario panameño Roberto F. Chiari (1960-1964), quien durante su presidencia donó la totalidad de su salario a la Cruz Roja Nacional, son extrañas.
Insólita es la anécdota referente a Belisario Porras, quien después de ejercer tres veces la Presidencia de la República por voluntad popular, murió sin un centavo en el bolsillo. La Asamblea Nacional tuvo que intervenir para aliviar la precaria situación económica de su viuda. Ejemplos de probidad como éstos es lo que nuestros países requieren para salir adelante, no el "juega vivo" tan común en nuestros tiempos. |
