La fiesta de Ashura, la más importante del calendario islámico chií, se tiñó de sangre en Irán con un atentado suicida que causó la muerte de al menos 38 personas y dejó heridas a medio centenar más.
El ataque, el tercero que sufre el país en los últimos cuatro meses, ocurrió en la ciudad portuaria de Chabahar, situada en la conflictiva provincia de Sistán Baluchistán, fronteriza con Pakistán.
Según el relato oficial, un hombre de mediana edad hizo estallar el explosivo que llevaba adosado al cuerpo en medio de una multitud de fieles que se agolpaban a la puerta de la mezquita del "Iman Husein", en el centro de la ciudad.