Hace sesenta años, las cosas eran más sencillas en Navidad. En la calle Primera Parque Lefevre, los chiquillos nos levantábamos temprano, para ver qué juguetes nos trajo el Niño Dios y Santa Claus.
Casi no se desayunaba por la emoción de ir a "probar" los flamantes juguetes... y mostrándoselos a los amiguitos.
Como no había tanta maldad ni irresponsabilidad de los conductores, las calles se llenaban de gritos y alegrías.
En esa época existían las diferencias por género. Era evidente que los "machitos" recibían juguetes distintos a los de las niñas.
Los varones adoraban revólveres de papelillo, con sus cartucheras de falso cuero, y balas "de mentiras".
Uno soñaba con ser el vaquero justiciero. El "bueno" que luchaba contra los "malos" para rescatar a la "muchacha".
Realmente los niños no sabían "por qué se rescataba" a la muchacha. A lo sumo se decía que era "la novia" del vaquero, pero de allí no pasaba.
En este sentido, ahora todo es distinto. Existe mucha malicia, de manera que desde temprana edad ya los "pelaos" piensan en sexo.
Si no me creen, nada más tienen que buscar las estadísticas de chiquillas de once años que han sido �embarazadas!
"En lugar de andar jugando con muñecas, están en otras cosas", me han dicho viejas que sostienen que a esa edad ellas "no pensaban en el sexo".
Por eso, la muchachada de Parque Lefevre en Navidad, circulaba por todo el barrio exhibiendo sus juguetes.
Pero ya existían ciertas diferencias socioeconómicas que notaban los niños.
Por ejemplo: pocos recibían las relucientes bicicletas que se habían "pedido a Santa Claus". Yo nunca tuve una...
Algunos padres tenían la excusa de que "Santa Claus está pobre este año, y por eso no te regaló la bicicleta". Eso no lo entendían los pequeños, que no sabían nada de trabajo, sueldos, deudas, etc.
Luego de unos lagrimones y recriminaciones a Santa Claus, el chiquillo iba a pedirle prestada la bici al vecino afortunado.
No había nada de igualdad entre sexos. Las niñas recibían juguetes que la preparaban para cumplir "su rol" (función) futura". Juego de té, muñecas con pantis para cambiar, ropita para vestir a las muñecas", era una práctica para la futura ama de casa.
Los varones tenían juguetes de acción, como las bicicletas y "escúteres". Los revólveres de papelillo o escopetas de balín, que ahora son considerados juguetes que estimulan la violencia, eran los preferidos.
Al final del día, algunas madres visitaban a los vecinos buscando los juguetes extraviados... �Y todos contentos!
