ESPIRITU
Llegó diciembre las palabras claves que describen la época son compartir y perdonar.
En este mes, hay fechas especiales para poner en práctica estas acciones que edifican el espíritu humano. Sin embargo, no se puede dar lo que no se tiene.
Son hermosas las palabras, pero hacerlas realidad cuesta a quienes han recibido ofensas de distinta índole.
Tal vez compartir con los necesitados de pan sea una acción más llevadera. La gente busca entre sus objetos y entrega rápido la ayuda material. No es así con la entrega del amor y menos del perdón. Hay que lograr una superioridad espiritual para lograrlo.
Opino que para brindar un obsequio como éste, debes querer hacerlo y saber cómo perdonar y así dejar atrás las heridas. Pienso que el perdón no es cuestión de un momento sensible, es parte de un propósito. Si no existe convicción para perdonar, no tiene razón de ser.
El espíritu del perdón está lleno de paz, esperanza y voluntad por mejorar el corazón del hombre.
Un mundo sin armonía, plagado de violencia y sin valores es como un campo arrasado por el fuego. Odio y venganza son malos consejeros. El espíritu terrestre está viciado de dicho flagelo que pocos combaten.
Al llegar el fin de año, aparece en escena un oasis que calma el angustioso vivir.
Hay sosiego y surge la reflexión por el diario modo de actuar. Por lo menos así ocurre con el espíritu de algunos. He allí el milagro de una nueva vida que florece en medio de las devastadoras llamas de la ira.
Nace la promesa. La creencia en el mañana y certeza para confiar en la palabra que brota con vigor, como ríos de agua Viva, Crítica en Línea para sanar cada conciencia sobre esta tierra.
Es por eso que el mes de la NATIVIDAD, del renacer a un nuevo día es más que un evento festivo en el calendario humano. Es un espíritu de buena fe.