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En el partido de los colores se prepara el gran escenario para las primarias que serán un torneo muy interesante y que tendrá mucho más calor que las propias elecciones, según los entendidos. Para nadie es un secreto que el canciller José Miguel Alemán va con todo en la disputa por la representación del Partido Arnulfista a la primera magistratura.
En torno a él se movilizan los dirigentes naturales y se organizan diferentes grupos para, una vez, que comiencen a estallar los fuegos artificiales en las primarias saldrán los comités a nivel nacional a favor de José Miguel.
En tanto que el otro gladiador, Alberto Vallarino, prepara su retorno al partido fufista y su dirigencia se encuentra realizando todos los preparativos para esa masiva inscripción que se dará cuando la Dama de Pedasí abra el compás para los nuevos miembros.
El banquero muy inteligentemente viene sosteniendo reuniones con la plana mayor de los talibán del partido, donde pacientemente ha escuchado regaños e indicaciones como primera prueba de fuego. Al igual que el mitológico de la cultura griega antigua, Hércules, Vallarino deberá enfrentar todo tipo de pruebas para lograr ser definitivamente aceptado por los arnulfistas talibán.
El consejo supremo de los talibán le ha dado las tres máximas que tendrá que vencer este émulo moderno del héroe mitológico. Tendrá que ser humilde, ganarse la confianza de las diferentes cabezas de los jefes tribales y conquistar a la dirigencia a nivel nacional.
Por el lado del martinismo del partido de Omar, las cosas siguen confusas porque nadie meterá en disciplina al rebelde Fito Altamirano Duque. Pueden enviarle todos los mensajeros que quieran, porque todos le deben algún favor al citado, se decía en círculos perredistas.
En la reciente reunión ampliada se notaron cosas interesantes, por ejemplo, Balbina fue muy recatada y se dedicó solamente a dirigir la reunión. No estuvieron presentes todos los que son y hubo mucho "relleno".
En dicha reunión, el Astado acaparó la atención y después de su partida la conversación quedó prácticamente apagada. La negativa de Martín de ser un buen negociador comienza a perder puntos porque el PRD se ha caracterizado por ser un colectivo que sabe obtener beneficios en los momentos determinantes para encontrar una solución.
Los malestares continúan en las bases del partido, donde se cuestiona a su dirigente máximo en las diferentes reuniones y se llega incluso a golpear con fuerza las mesas de discusión, lo que es un síntoma preocupante. En una reunión de adversarios internos se cuestionó mucho al dirigente e inclusive investigan la fecha en que ingresó al PRD, porque se cree que se inscribió cercano a su candidatura para las primarias. |
