EDITORIAL
Pugnas políticas
En los últimos días se han registrado abiertas pugnas en las filas de los partidos de oposición motivados por la selección de los potenciales candidatos para hacerse cargo de la Defensoría del Pueblo.
La dirigencia de algunos de esos colectivos muestran una excesiva intolerancia hacia las voces disidentes dentro de esos partidos, lo cual flaco favor le hace a las organizaciones democráticas, donde lo principal es el debate con altura.
Se amenaza con adoptar medidas disciplinarias contra dirigentes por comentar ante los medios de comunicación social, las posiciones de un partido sobre la Defensoría del Pueblo.
Las reuniones políticas nunca serán confidenciales. Siempre están las filtraciones de las partes interesadas y además los periodistas se las arreglan para obtener la información respectiva.
Además el enviar a un copartidario al jardín de la infancia, porque éste no se cuadra con la línea de la cúpula, nos pone de manifiesto que no hay tolerancia en la clase política panameña.
Hemos repetido que la Defensoría del Pueblo debe ser ocupada por el o la candidata que reúna las mejores credenciales. La militancia política debe ser algo secundario.
La Defensoría del Pueblo es una de las instituciones fundamentales para la tutela de los derechos humanos y la defensa de la gente a los que nadie les da respuesta; por lo tanto la pugna política no debe contaminar la selección de la figura que ocupará ese cargo.
PUNTO CRITICO |
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