MENSAJE
Una m�ltiple donaci�n mort�fera
Hermano Pablo
Este es mi �ltimo deseo -dijo moribundo Peter Norwood de veintid�s a�os de edad-. Quiero que los �rganos de mi cuerpo sean donados a cuantos los necesiten.� Peter Norwood, empleado en una estaci�n de gasolina, hab�a sido mortalmente baleado, y como era de nobles sentimientos, no quer�a morir en vano. Las autoridades del caso procedieron tal como �l hab�a pedido. Varios �rganos de su cuerpo fueron colocados en diversas personas que necesitaban trasplantes. Sin embargo, a los pocos meses result� tr�gica aquella decisi�n. Peter Norwood, sin saberlo �l mismo, hab�a estado infectado del virus del SIDA. Se hab�a contagiado a ra�z de una transfusi�n sangu�nea. A pesar de todas las investigaciones cl�nicas del caso, no se hab�a advertido la infecci�n, y del SIDA de Peter, veinte personas llegaron a contraer la mortal enfermedad. Es dif�cil saber c�mo reaccionar ante un hecho semejante. Peter, con la mejor intenci�n, quiso dar vida, pero sin saberlo, lo que dio fue muerte. �Cu�ntas cosas hay en este mundo que, ofrecidas no con la buena intenci�n de Peter de dar vida sino para sacar dinero, est�n enga�osamente causando muerte? Tenemos, por ejemplo, las bebidas alcoh�licas que se ofrecen con toda una colosal y brillante propaganda, prometiendo dar alegr�a, bienestar y felicidad. Pero en realidad est�n dando muerte en forma de toxina que envenena el cuerpo y mata la conciencia. Lo mismo ocurre con los cigarrillos. Se ofrecen como dadores de placer y satisfacci�n, pero lo que dan son carcin�genos que son responsables del ochenta por ciento del c�ncer a las v�as respiratorias. �Y qu� de las drogas como marihuana, coca�na, hero�na y LSD? Con ellas no se hace promoci�n p�blica, pero secretamente se les hace una propaganda impresionante. �Y qu� salud producen? �Qu� clase de �vida� ofrecen? Ninguna: s�lo la muerte de todo lo m�s valioso que tiene el ser humano. Se las ofrece para dar felicidad, y lo que inyectan es la destrucci�n y la ruina. No es oro todo lo que reluce, ni es vida todo lo que alegra. Estudiemos lo que se nos ofrece. Pueda que en vez de ser vida, sea muerte. Para no caer en el enga�o, pid�mosle a Cristo que sea nuestro Maestro y Se�or. �l no nos dejar� ser presa de alguna oferta mort�fera. Jesucristo nos da vida, felicidad, dignidad y honra. Pongamos en �l nuestra confianza.
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