Las autoridades antidrogas de Panamá han identificado el uso de un llamado "Corredor del Pacífico" para el tráfico de cocaína procedente de Colombia y con destino al mercado estadounidense. Por esa ruta pasa el 80 por ciento de la droga de los carteles colombianos.
Desde puertos colombianos como Buenaventura, lanchas rápidas llevan la droga a zonas panameñas en Coiba y Azuero y luego se transbordan por carretera o siguen la ruta marítima.
Frente a ello, se hace necesario adoptar una mayor vigilancia en las costas panameñas para cerrarle el paso a esa coladera de cocaína.
Sin embargo, para nadie es un secreto que los Servicios Marítimos y Aéreos de Panamá no cuentan con las embarcaciones y aeronaves suficientes para custodiar el espacio aéreo y las costas del país, lo que es aprovechado por los narcotraficantes, cuyos ingresos ilimitados les permite contar con lanchas y avionetas con todos los avances tecnológicos.
Así las cosas, la única posibilidad de frenar un poco el narcotráfico es reforzar la vigilancia, de lo contrario, el país seguirá siendo un puente para las toneladas de narcóticos que año llegan a las narices de los adictos norteamericanos.
También corremos el riesgo, que muchas de esa droga se quede en el mercado panameño para envenenar a nuestra juventud, tal como sucedió en la década del noventa, cuando surgió una generación de piedreros que deambulaban día y noche por las calles de Panamá.