El arzobispo saliente de la Arquidiócesis de Panamá, José Dimas Cedeño, durante la homilía ofrecida ayer en una misa de acción de gracias, pidió perdón a sus feligreses por los errores cometidos durante los casi 16 años que estuvo al frente de la Iglesia católica de Panamá.
"He fallado, no he hecho todo como lo esperaban, por eso pido perdón, y lo hago con toda sencillez y con toda franqueza. He fallado, !perdónenme, discúlpenme!", expresó el prelado..
Desde el 25 de mayo de 1994, fecha en que tomó posesión como nuevo arzobispo de Panamá, reconoció que nunca utilizó el cargo para buscar ventajas personales, vanagloria humana, prestigio, dinero o poder.
Expresó la gran satisfacción por encontrar un clero que en su mayoría ha respondido a la misión encomendada: un laicado fervoroso y presbíteros dedicados.
"La mayor alegría de un obispo es consagrar a un sacerdote, y el mayor dolor es encontrar sacerdotes que fallan. La cruz más pesada de un obispo es descubrir a un sacerdote que se aparta de su ministerio, pero damos gracias a Dios, porque han sido muy pocos".
Monseñor destacó que no ve la culminación de sus funciones frente al arzobispado como una tragedia, es algo natural porque en la Iglesia todos somos peregrinos.
Finalmente dijo que su labor como servidor de Cristo no culmina, se trasladará a la iglesia de su natal Cañas Blancas, que pertenece a la Diócesis de Chitré para "colaborar en lo que pueda", porque no es hombre de estar en una hamaca. Por ello, instó a los feligreses a seguir como iglesia peregrina.
Feliz por su misión
A sus 75 años, monseñor Dimas Cedeño dijo sentirse "feliz por la misión encomendada", dio gracias a Dios por permitirle estar al pie del cañón frente a la Iglesia, a su familia y a toda la comunidad católica.