Al menos 40 personas murieron en El Salvador y Honduras por las fuertes lluvias del fin de semana, en el inicio de lo que se anticipa como un invierno muy lluvioso en América Central, donde cientos de miles de personas viven en zonas de riesgo.
En El Salvador la mayor tragedia ocurrió en el poblado de Cuisnahuat, 66 km al oeste de la capital, donde 20 personas habían fallecido, luego que el autobús en que viajaban fue arrastrado cuando atravesaba un pequeño río, que sufrio una insperada crecida.
El alcalde de Cuisnahaut, Jorge Abrego, dijo que además de los 20 muertos, aun seguían varias desaparecidas, por lo que el número de víctimas mortales podría crecer en las próximas horas.
El pasado fin de semana, también Honduras se vio conmocionada por la muerte de ocho personas, incluyendo dos niñas y una mujer embarazada, a causa de las fuertes lluvias que han afectado a diversas regiones del país.
En Tegucigalpa, quebradas enbravecidas, que en verano apenas tienen un hilo de agua, se desbordaron en los últimos días, y aludes de tierra y muros cayeron sobre varias viviendas.
Mientras tanto, la recién formada tormenta tropical Calvin se abatió contra las costas de México sobre el océano Pacífico, con vientos y lluvia cerca del balneario de Acapulco, informó el Centro Nacional de Huracanes de Miami.
El fenómeno se desplaza lenta y erráticamente a unos 7 kilómetros por hora (5 mph). Los vientos sostenidos llevaban una fuerza de casi 65 kph (40 mph).