FAMILIA
Narc�ticos An�nimos
S�ptimo Paso
Joaqu�n Arias
Este es el elemento primordial del S�ptimo Paso. La humildad est� �ntimamente relacionada con el hecho de ser honestos con nosotros mismos, que es algo que llevamos practicando desde el Primer Paso. Entonces admitimos nuestra adicci�n y nuestra importancia ante la droga. Luego encontramos una fuerza superior a nosotros mismos y aprendimos a confiar en ella. Fuimos examinando la vida y descubrimos qui�nes somos en realidad. Para ser verdaderamente humildes, hay que aceptarnos y tratar honestamente de ser lo que somos. Nadie de nosotros es perfectamente bueno ni totalmente malo. Somos seres con cualidades y con defectos; somos, en suma, humanos. La humildad es tan importante para mantenernos "limpios" como lo son la comida y el agua para seguir con vida. Al ir progresando nuestra adicci�n, utiliz�bamos nuestras energ�as para satisfacer nuestros deseos materiales. Olvid�bamos todos las otras necesidades. Siempre quer�amos experimentar el placer de nuestros deseos m�s primarios. Defectos de car�cter son aquellos aspectos de la personalidad que nos causan dolor y molestar durante toda la vida. Si realmente contribuyeran a hacernos sanos y felices, nunca hubi�semos llegado a un estado tan sumamente lamentable y desesperanzado. Deb�amos pues estar dispuesto a dejar que Dios eliminara estos defectos. El S�ptimo Paso es un paso que requiere acci�n; ha llegado el momento de pedir a Dios que nos ayude y alivie. Es preciso entender bien que la forma en que pensamos "normalmente" no es la �nica; pidamos consejo a compa�eros y nos orientar�n. En el momento en que alguien nos menciona una falla, nuestra inmediata reacci�n ser� de defensa. Debemos hacer un esfuerzo y recordar que no somos perfectos. Seguro que siempre habr�n cosas que mejorar. Si verdaderamente queremos ser libres, lo que iremos procurando es examinar en detalle todo aquello que nos sea mencionado, si las faltas que vemos son reales y oportunidad tenemos de librarnos de las mismas, sin duda nos sentiremos muy bien internamente. Habr�n quienes se arrodillen a trabajar este paso. Habr� quien lo haga muy calladamente. Otros posiblemente desplieguen grandes s�ntomas emocionales para demostrar sus indudables buenas intenciones. La palabra "humilde" cobra aquel valor porque, al dirigirnos a este Poder superior a nosotros mismos, le rogamos que nos conceda libertad para vivir sin las limitaciones de tiempos pasados. Muchos estamos dispuestos a hacerlo sin reservas de ning�n tipo, con fe totalmente ciega, pues estamos hartos ya: de lo que hemos estado haciendo y de lo mal que nos sentimos. Si algo funciona, sea lo que sea, a ello nos dedicaremos �ntegramente. Tal es nuestro camino hacia el crecimiento espiritual. Cambiaremos todos los d�as, para poquito a poco, con cuidado y sencillamente alejarnos del aislamiento y de la soledad de la adicci�n: para al fin vivir. Ciertamente, no basta con desearlos; hay que actuar y hay que rezar. El objetivo principal del S�ptimo Paso es salir de nosotros mismos e ir luchando para lograr que se haga la voluntad de nuestro Poder Superior. Si nos descuidamos y no conseguimos captar el significado espiritual de este paso, es posible que tengamos dificultades y que reactivemos el problema y las penalidades del pasado. Uno de los peligros que pueden presentarse es que seamos excesivamente duros con nosotros mismos.
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