Un temblor de 4, 5 grados provocó ayer nuevemente el pánico entre los haitianos, quienes siguen viviendo en lo parques y sitios al aire libre por temor de que los resquebrajados edificios, donde residían, les caigan encima.
En este sentido, el portavoz del CICR Simon Schorno, quien pudo visitar varias zonas de la ciudad el viernes, entre ellas Christ-Roi, Nazon, Centre-Ville, Delmas y Canape-Vert, señaló ayer que "el caos es total".
"Hay destrucción en todos los barrios. La gente anda de un lado a otro, buscando comida, ayuda. Muchos llevan mascarillas para protegerse del mal olor de los cadáveres en descomposición, no hay tiendas para refugiarse, no hay bolsas de plástico, no hay lugares para cocinar, ni retretes", señaló.
Schorno describió, sin embargo, escenas de gran solidaridad entre vecinos y desconocidos, que comparten lo poco que tienen y se organizan de la mejor manera posible.
En los centros médicos de la capital falta personal médico, están saturados y no pueden atender al alto número de pacientes, mientras se espera que un cargamento de 40 toneladas de suministros médicos del CICR llegue a Haití el domingo.
El CICR calcula que unas 50.000 personas se encuentran instaladas en la plaza de la ciudad del Champ de Mars.
En total, hay unos 40 puntos en la ciudad donde se concentra y acampa la asustada población.
Por otro lado, algunos residentes de la ciudad de Leogane, al oeste de la capital haitiana, realizaron protestas porque no reciben ayuda, en este lugar un 90 por ciento de los edificios sufrieron daños y entre 5 y 10 mil personas han muerto.
Por su parte, la ONU calificó al terremoto como "una catástrofe histórica" y "la peor situación a la que ha debido hacer frente la ONU",
Elizabeth Byrs, portavoz de la oficina humanitaria de la ONU, OCHA, dijo a EFE que "nunca hemos tenido que hacer frente a circunstancias similares. Nos encontramos con un país decapitado, sin estructuras políticas o gubernamentales en las que apoyarnos" para llevar a cabo las labores de ayuda y rescate.
La portavoz aseguró que ni siquiera en el "tsunami" que arrasó la isla indonesia de Sumatra y otros países del sudeste asiático en diciembre de 2004- y que causó más de 300.000 muertos- las circunstancias eran tan negativas.
Sin embargo, las principales preocupaciones de la ONU siguen siendo "el transporte, las comunicaciones y la falta de gasolina".
CONFIRMACION
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, confirmó hoy la muerte del jefe de la Misión de Estabilización de la ONU en Haití (Minustah), el diplomático tunecino Hédi Annabi, y de su adjunto, Luiz da Costa, a consecuencia del terremoto en ese país.
"Me siento profundamente entristecido al confirmar la trágica muerte de mi enviado especial a Haití, Hédi Annabi. Su adjunto, Luiz Carlos da Costa, y el jefe en funciones de la Policía, el canadiense Doug Coates, también han muerto" en el sismo, dijo Ban en un comunicado.
ESTADISTICAS
Según las cifras ofrecidas por el ministro haitiano de Salud, Alex Larsen, unas 50.000 personas han muerto y 250.000 resultaron heridas por el terremoto. Y la Dirección de Protección Civil estima que entre 750.000 y un millón de personas quedaron sin vivienda.
