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Demostración juvenil en Pyongyang.  |
Un enviado especial de las Naciones Unidas a Norcorea, Maurice Strong, dijo que el país está al borde de una crisis humanitaria e instó a resolver cuanto antes las tensiones internacionales sobre el programa nuclear de Pyongyang.
Al hablar al término de tres días de diálogo en la capital norcoreana, Strong advirtió que muchos podrían morir de hambre. Añadió que cerca de ocho millones de personas se encuentran en una situación de "vida o muerte".
"No se puede convertir a los niños, a los enfermos y los ancianos en víctimas de una crisis política con la que ellos no tienen nada que ver", afirmó. Las declaraciones de Strong se produjeron mientras el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Alexander Losyukov, llegaba a Norcorea para intentar resolver la crisis en torno de las supuestas acciones del país tendientes a desarrollar armas nucleares.
Losyukov, quien se reunió con funcionarios chinos en Pekín, aseguró que busca lograr que Washington y Pyongyang negociaran. "Es necesario apelar a la fortaleza de las partes para promover el diálogo", insistió.
Los corresponsales llamaron la atención sobre el hecho de que, a pesar de que Rusia es uno de los pocos aliados de Norcorea, la gestión de Losyukov parece destinada a fracasar. Es que Washington dijo que sólo se sentará a negociar con Pyongyang para hablar del desmantelamiento de su supuesto programa de armas nucleares.
En cambio, Norcorea quiere que la agenda sea más amplia e incluya la ayuda económica y un pacto de no agresión con Estados Unidos. Las relaciones entre ambos países comenzaron a deteriorarse hace más de tres meses, cuando Washington dijo que Pyongyang estaba desarrollando armas nucleares. Norcorea ha negado que así sea. |
