Al constituirse en la candidata abatir al solio presidencial, Balbina Herrera se convirtió enblanco predilecto para los miembros que integran los partidos políticos de oposición, igualmente de algunos comentaristas de opinión pública, de periodistas de medios de comunicación, de miembros de la sociedad civil, de grupos independientes, aún de copartidarios y de ciudadanos que le adversan políticamente.
A Balbina le llueven a diario piedras de todos los puntos cardinales; críticas a lo interno y externo que la tildan de izquierdista, chavista, de no cumplir sus promesas electorales, de mentirosa, no apta para el cargo, etc. Existe la realidad y es que BH cuenta en teoría con una plataforma sólida de 736 000 simpatizantes que militan en los partidos de la alianza electoral para los comicios del 3 de mayo. Además el PRD consolidó sus fuerzas amigas mediante la designación de Juan Carlos Navarro como el candidato vicepresidente de la nómina presidencial. Balbina va contra viento y marea hacia la presidencia en representación de las raíces del pueblo humilde, de las aspiraciones del relevo generacional, de profesionales e intelectuales y de los empresarios comprometidos socialmente con un el trabajo y ver un Panamá mejor.
Ricardo Martinelli, por su parte apunta a la presidencia dirigiendo sus embates contra Balbina constantemente. El hombre de las zapatillas ha utilizado bien sus recursos y estrategias hasta subir en las encuestas de resultados cuestionables, ganar terreno con la integración a su equipo de trabajo de profesionales de renombre, personalidades distinguidas y figuras de los sectores evangélicos. Su mercadeo político, lo ha enfocado a intimidar, dividir a sus adversarios y confundir a la opinión pública, a través de la publicidad en los medios de comunicación, introduciendo elementos controversiales que llevan la finalidad, de hacer que el elector reflexione, sobre a quién favorecer con la intención del voto.
La polarización es visible y es un hecho en estos momentos entre la Chola y Martinelli; más el rumor de cambio está levantado sus olas gigantescas como un Tsunami. Los desertores en los distintos partidos es creciente cada día en apoyo de Martinelli. El es del tipo de gente que le gusta pegar y no que le peguen. Ha golpeado hasta estremecer los cimientos de la candidatura de Juan Carlos Varela del partido panameñista; hoy fortalecido con la unidad de Vanguardia Moral de la Patria; arruinó la alianza electorera que mantenía Varela con los Molirenas. Varela, sigue en la pelea por la silla presidencial y puede cantar: `mejor es estar sólo que mal acompañao'. Ahora son tres por la presidencia. [email protected]