El volcán Tungurahua, situado en el centro andino de Ecuador, se despertó ayer con fuerza, con estruendos frecuentes y poderosos que no cesan, con bocanadas de ceniza y flujos de rocas incandescentes que bajan por sus flancos.
El estruendo permanente es acompañado, a momentos, con cañonazos fuertes y una especie de tiros poderosos que estremecen a decenas de kilómetros de distancia.
Miles de campesinos de las provincias de Chimborazo y Tungurahua, que colindan en el volcán, han sido evacuados por las autoridades en cumplimiento de la alerta que anunció el Gobierno ante el aumento peligroso de la actividad.
El Instituto Geofísico, que vigila el comportamiento del coloso, ha informado de que el aumento de la actividad se registró desde el pasado 25 de noviembre, recrudeció en las primeras dos semanas de enero, pero había declinado hasta ayer, el último día del festivo de carnaval.
Los vecinos del pueblo de Chacauco, ahora albergados en un refugio de su vecina Cotaló, aseguran que el Tungurahua "empezó a bramar a las diez de la noche y fue aumentando poco a poco".
Chacauco está al pie del volcán en su flanco occidental y 75 familias de ese poblado salieron por su voluntad, al notar que el coloso estaba "bravo".
Así lo aseguró a Efe Alba Pallo, dirigente de la Junta Parroquial de Chacauco, tras señalar que los evacuados de su pueblo están en varios albergues cercanos, situados en zonas de seguridad.
EVACUADAS
2 mil personas del lugar fueron evacuadas. Algunos analizan cómo regresar a su pueblo, donde han quedado varios adultos al cuidado de animales y pertenencias, mientras el Instituto Geofísico alerta sobre la caída de ceniza en algunas zonas.