El ex legislador Francisco Ameglio refutó en su totalidad los informes que intentan vincularlo a un escándalo político por el supuesto manejo irregular de millonarios fondos públicos de proyectos financiados por el Fondo de Inversión Social (FIS).
Explicó que la ley dispuso que el FIS destinara fondos, anteriormente conocidos como "partidas circuitales", para que fuesen gestionados o solicitados por los legisladores para luego ser depositados a nombre de algunas ONG, juntas comunales, municipios y otras instituciones, que fungirían como administradores o coadministradores de los fondos que se destinarían a los diversos proyectos comunitarios.
Ameglio manifestó que bajo este esquema, los legisladores no manejaban directamente el dinero, sino que solamente lo gestionaban y decidían para qué tipo de beneficiario o proyecto sería destinado, ya fueran útiles escolares, asistencias educativas, acueductos rurales o cualquier otra forma de ayuda social.
"Esa es la realidad que impera en nuestro país, y la base que ha sustentado la necesidad de que los legisladores, o diputados, tuviésemos acceso a sugerir obras y asignaciones de recursos para dar respuestas a la comunidad", afirmó.
Recordó que durante la gestión presidencial de 1999 a 2004, y desde mucho antes, las ONG creadas por los legisladores habían sido fuertemente cuestionadas por diversas razones y por el mismo contralor de la República, motivo por el cual decidió solicitar la participación de una ONG ajena a su persona, para que fuesen garantes de la honestidad y transparencia con que se manejaron esos fondos.
Indicó que en el caso personal, seleccionó el Club Activo 20-30 de Las Cumbres y el Monasterio de la Visitación como las ONG canalizadoras de los fondos para la realización de las obras. Ambas entidades fueron aceptadas por el FIS y la Contraloría sin ningún contratiempo.
"Los fondos que gestionara el suscrito, en su calidad de legislador, no eran para el monasterio, sino para las necesidades de la comunidad, y que las religiosas autorizadas por la congregación firmarían los cheques en calidad de garantes de la honestidad con que habrían de manejarse esos fondos", explicó Ameglio.
El ex legislador aclaró que el Monasterio no podía recibir fondos para su beneficio porque el mecanismo establecido por la Contraloría y el FIS prohibía que quienes administraran fondos, recibieran beneficios de los mismos.
"Cada cheque girado por el FIS al Monasterio representaba un proyecto, y cada proyecto contenía un contrato que estipulaba el propósito de los fondos", puntualizó el ex legislador en su defensa.