Conocimos a Hannibal Lector en el filme "Manhunter", de Michael Mann en la década de los ochenta. En ella, Brian Cox era el frío asesino en serie, pero el asunto mejoró notablemente años más tarde con "El silencio de los inocentes", cuando realmente conocimos el mal, a través de la caracterización de Anthony Hopkins. Luego fuimos testigos de su peculiar manera de asesinar en Hannibal y vimos una nueva versión de "Manhunter", pero con Edgard Norton y Hopkins, titulada "Red Dragon". Ahora, damos gigantescos pasos hacia atrás revelando el "origen" del mal. El resultado, un rotundo porquerión que pretende hacernos ver que el genio detrás del mal es en realidad un niño testigo de la muerte de su familia en la Segunda Guerra Mundial y que la venganza motivó a desarrollar una habilidad demencial y un placer absoluto por la carne humana. Creo que Hannibal Lector merecía más inteligencia para analizar su legado. Calificación: 1.8, sin embargo, la película está técnicamente bien realizada.