Bueno, bueno, la política es la toma de decisiones por medios públicos, para lo cual se ocupa del gobierno a objeto de dirigir la sociedad, dentro de un sistema de control y autocontrol. Por cierto, debe consecuentemente mantener el control del contexto y la realidad del entorno, manejando los límites y oportunidades para lograr sus objetivos: lo que piensa la gente, lo que dictan las leyes y las fuerzas propias y adversas (partidos, grupos de presión), así como los efectos que producirán sus actos.
De paso, requiere de estabilidad, o la previsible capacidad del sistema de durar en el tiempo, lo cual demanda institucionalidad y participación, frente a la barrera de opositores, manteniendo su autoridad.
Debe evitar el conflicto (forma de interacción entre individuos o grupos) de cualquier tipo, para no romper la armonía y el equilibrio necesarios porque todo conflicto es una perturbación difícil de controlar por la fuerza, o lograr una resolución total.
Es imprescindible medir los costos del conflicto, que no sea un alto precio para todos, degenerando en crisis.
La crisis puede ser por incapacidad del gobierno de consolidarse, ya sea por falta de legitimidad, por decisiones impopulares o que afectan intereses poderosos o inefectividad de resultados.
Estas crisis pueden radicalizarse o polarizarse, tanto por el distanciamiento entre las fuerzas opuestas como por la lucha política en la calle con manifestaciones que derivan en violencia.
Todo dependerá de la acción de fuerzas neutrales que pueda inducir a la resolución pacífica del conflicto hecho crisis. La crisis puede ser de mayor o menor intensidad por sus efectos en la sociedad.
Si el partido gobernante es hegemónico o el principal de una alianza, con control legislativo frente a una fragmentada oposición, puede superar la crisis. También depende de una respuesta convincente.
Por ello, la crisis puede ser profunda o superficial, dependiendo de la magnitud, duración y su incidencia en la estabilidad del sistema.
El filósofo Manuel Azaña, presidente de la España republicana, en las postrimerías de la República durante la Guerra Civil Española (1938), expresó: El enemigo de un español es otro español. Lo español es hacer siempre lo que gusta, decir lo que se le antoja, pero le molesta que haya otro español que goce de igual libertad. �Esto les parece familiar, o no?
Bueno, eso es todo por hoy, pero tranquilos que el próximo jueves habrá más.
