El primer ministro de Serbia, Vojislav Kostunica, pidió ayer a EE.UU. que anule su reconocimiento de la independencia de Kosovo, proclamada unilateralmente por los líderes albano-kosovares hace una semana.
"Los Estados Unidos deben anular la decisión de reconocer al Estado falso en territorio de Serbia y posibilitar que el Consejo de Seguridad de la ONU reafirme la validez de la Resolución 1,244, que garantiza la soberanía y la integridad territorial de Serbia", declaró Kostunica.
"Es la forma correcta para restablecer la validez de los principios fundamentales del derecho internacional y de la Carta de la ONU en los Balcanes", indicó, y recalcó que en ese sentido es la responsabilidad de EE.UU. asegurar la estabilidad y la paz en la región.
"En caso contrario, con la continuación de la política de la fuerza, sólo se profundizará la crisis que socava los cimientos del orden mundial global y amenaza con poner en peligro la paz y la estabilidad, no sólo en los Balcanes", según Kostunica.
Serbia dejó en claro que nunca renunciará a Kosovo, que considera su provincia y parte inalienable de su territorio, y denuncia que la proclamación unilateral es contraria al derecho internacional y a la Manifestación.
Una manifestación inicialmente pacífica de miles de serbios en la céntrica Plaza de los Héroes de Viena desembocó ayer en enfrentamientos con la policía y actos de violencia.
Parte de los manifestantes se movieron al final del evento en dirección a la Embajada de Estados Unidos y se enfrentaron a la policía, que les puso cerco.
En un barrio de las afueras, al oeste de la capital, los autores de la protesta tiraron piedras a un café y rompieron las lunas, a continuación algunos manifestantes jóvenes llegaron a las manos con la policía, que detuvo a algunos de los participantes.
Una muchedumbre de curiosos siguió los altercados, aplaudiendo la protesta serbia e insultando al mismo tiempo a los inmigrantes de los Balcanes, también se produjeron interrupciones del tráfico en los transportes públicos.
Fuentes policiales cifraron en al menos 5,000 personas las congregadas en la Plaza de los Héroes, que portaban pancartas con inscripciones como "No cederemos Kosovo" y "Kosovo es el corazón de Serbia", y gritaron frases como "Kosovo siempre será Serbia".
En un evento en principio pacífico y multicolor, acompañado de música típica serbia, los representantes de varias comunidades de serbios residentes en Austria, venidos en parte de otras regiones del país, como Salzburgo o Estiria, pronunciaron discursos, asegurando que la segregación de Kosovo es "injusta" y "una tragedia".
Los discursos leídos del jefe del partido derechista austríaco FP�, Heinz-Christian Strache, y del escritor Peter Handke en contra de la independencia de Kosovo fueron aplaudidos, mientras que hubo pitidos contra el jefe de gobierno austríaco, Alfred Gusenbauer, y la ministra del Exterior, Ursula Plassnik, quienes han optado por un rápido reconocimiento de Kosovo.
MINORIA: SERBIOS
Los serbios se acostumbrarán muy pronto a convertirse en minoría en Kosovo, opinó el primer ministro de Kosovo, Hashim Taci, y aseguró que "habrá voces de descontento ahora pero se ajustarán a esta realidad positiva y democrática".
