TEMAS DE ACTUALIDAD
Seis meses no, cadena perpetua

Marina García

Consciente que los sanos valores morales, familiares, humanitarios y cívicos son los mecanismos más efectivos para contrarrestar los emergentes y acuciosos negativos que atentan contra el bienestar de los seres humanos, la ciudadanía responsable de este país no podía esperar otra acción de las autoridades competentes que la medida preventiva contra los programas La Cáscara de Televisora Nacional y Calle 13 de Telemetro y correspondiente sanciones a sus animadores.

Sin menoscabar la capacidad persuasiva u orientadora de los otros medios de comunicación social, la magia audiovisual de la televisión le ha deparado el más poderoso rol en dicho campo e, indiscutiblemente, la mayor audiencia. Nuestra niñez y juventud se han habituado a los entretenimientos que ofrecen las televisoras, de allí que la influencia que ejercen en la modelación de sus criterios y valores es tan poderosa como perdurable. En nuestro país contamos con normas de convivencia destinadas no sólo a castigar los delitos o faltas contra la sociedad sino también con aquellas de carácter preventivo, estas últimas que al más sensato juicio debemos prestarle una mayor atención.

Por su carácter intangible es muy difícil cuantificar y cualificar el daño que estos programas ya han transmitido a sectores de nuestra sociedad, pero de que han dejado secuelas, no hay duda. Con la finalidad de satisfacer afanes vanidosos y lucrativos, ambos, en una vergonzosa competencia, se dieron a la causa de explotar el enérgico espíritu ameno de nuestra juventud a través de la orquestación de morbosidades y bromas pesadas, riesgosas e inmorales que, de ser emuladas, pueden conducir a situaciones comprometedoras y peligrosas. Recordemos la de Calle 13, donde un actor haciendo de galeno homosexual, intentaba darle respiración boca a boca a un joven desprevenido y la reacción agresiva que mostraron los embromados; la repetida toma de un travesti bailando vulgarmente de La Cáscara; la peligrosa broma de explotar cohetes a los ciudadanos que dormían, sin conocer las condiciones de salud de los afectados; el enfrentamiento entre los animadores, donde uno se dio a la pecaminosa tarea de animar entre los curiosos un coro vulgar y ofensivo contra el otro; las tomas de seres humanos que por el estado de ebriedad perdieron el sentido y la burla que hacían de estas lastimosas condiciones; los enfoques a parte íntimas y comentarios lujuriosos; de aquel chabacano guión donde simulaban hacer agua sobre los ciudadanos; etc.

Quienes han criticado las medidas de las autoridades, lo hacen en función de intereses politiqueros o particulares o, por conceptualizar erradamente la libre expresión o, porque son de aquellos entregados a los más ruines valores o, porque se han acostumbrado a criticar todo por el placer de polemizar. Infinitamente mejor que unos cuantos desaforados moderadores queden desempleados que exponer a un incontable número de jóvenes a los daños que a sus vidas y salud pueden ocasionar tan deformadoras presentaciones. Lo único que puedo criticar de la acción adoptada es la suspensión por seis meses en cuanto debió aplicarse a perpetuidad.

 

 

 

 

 

 





 

AYER GRAFICO
Finaliza "La Guerra del Banano" con un acuerdo entre ambas partes


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, dialogo con agresividad


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