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Chagas: un mal al acecho

Redacción | Crítica en Línea

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Chinche que trasmite el Chagas.

María recuerda que en octubre del año pasado cuando regresaba de Las Pavas, poblado selvático, ubicado en el distrito de La Chorrera, sintió un fuerte dolor en el pecho y cansancio cuando subía la loma empinada, donde vive con sus dos hijos desde hace 15 años.

Ese mismo día, en la noche, cuando le preparaba el café a su concubino se percató de la hinchazón en su ojo izquierdo. Otras dolencias como: dolores musculares y de cabeza no la dejaban dormir.

Con María nos tropezamos, durante el operativo que realizó el Departamento de Control de Vectores de Panamá Oeste, en Los Hules y Las Pavas, donde se han encontrado críos de los dos chinches que trasmiten el Chagas: el Rhodnius Pellensus y el Triatoma Dimidiata.

Esta enfermedad puede manifestase por síntomas agudos (fiebre, hinchazón de la cara o de los párpados y aumento de tamaño de los ganglios, dolores musculares y cefalea.

Al presentar María esta sintomatología, fue remitida al centro de salud, donde la sometieron a una serie de tratamientos y pruebas sanguíneas que dieron como resultado positivo esta patología. En su familia ella no fue la única, Roger de 6 años y Maily de 4 años, sufrieron del mal.

Clenn Correa, inspector antivectorial, del grupo técnico de Control de Vectores del Ministerio de Salud (MINSA), explicó que existen 10 tipos de vectores que pueden trasmitir el chagas, pero que en Panamá circulan el Rhodnius Pellensus y el Triatoma Dimidiata. Este último por su agilidad logra convivir muy de cerca con los seres humanos.

Por su parte, la doctora Cecilia Arjona, epidemióloga del Minsa, remarcó que cuando el chinche deposita este parásito a través de las heces, el cuadro clínico se presenta en dos fases. En la aguda no se observan síntomas, mientras que en la fase crónica, los malestares tardan en aparecer a los 10 ó 20 años con afecciones cardíacas y trastornos digestivos.

Según reportes clínicos, el corazón es el órgano que más se afecta por la invasión de este parásito al sufrir el paciente una secuencia de agrandamiento del mismo.

En Panamá, en 1931 se registraron los primeros casos y desde esa fecha se han cuantificado 500 casos y 140 defunciones.



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