Hoy es Martes de Carnaval, el cuarto día de jolgorio, farsa, murgas y culecos, sin contar la noche del viernes que fue cuando se dio inicio a las festividades con la coronación de las soberanas, en diferentes puntos de la geografía nacional. También cuenta la madrugada de mañana miércoles que es cuando se entierra la sardina, así se le llama al cierre de las festividades carnavalescas en mi Panamá, el país de las oportunidades.
Si bien se trata de una de las fiestas más sagradas de los panameños, también se constituye en una vitrina para fomentar el turismo en el país, pues la celebración se extiende a nivel nacional, ya que en diversos pueblos de nuestra campiña se puede apreciar la idiosincrasia de los panameños, permitiendo hacer turismo interno y que nuestros amigos del extranjero aprecien la alegría, lujo y esplendor que se enfatiza en esta época, producto del trabajo organizado de comités, que durante todo el año desarrollan actividades económicas para sus Carnavales.
En la capital se realizan bajo la organización y con recursos del Estado; pero me parece muy acertada la decisión de, una vez concluyan los Carnavales 2011, se integre un comité organizador para las festividades del próximo año. Si este objetivo se logra, sería retomar con más fuerza las acciones buenas del pasado e innovar para hacerla más atractiva en este mundo cambiante.
Una integración de profesionales con experiencia, unos más, otros menos, con ideas frescas e innovadoras, con creatividad y disposición de servir, donde se involucre a la empresa privada u otros organismos afines, que se constituyan en respaldo para hacer de esta fiesta anual, un producto con calidad de exportación.
Este es el momento para hacer de nuestros Carnavales un producto que anime a más turistas a visitar Panamá.
Si el propósito de conformar un comité para organizar los Carnavales se hace realidad, yo le recomiendo a sus integrantes trabajar con planificación, tomar en serio la responsabilidad que implica, tener presente la honestidad en toda la extensión de la palabra y el deseo de trabajar en beneficio de nuestro Panamá.
Vamos, manos a la obra, comencemos el trabajo, pero antes, concluyamos con éxito la fiesta del dios Momo, sin olvidar que es importante estar cerca de nuestro Creador, pues, al finalizar la farsa, se inicia el período de Cuaresma.
