El Vaticano anunció una nueva lista de pecados, entre ellos, consumir drogas, acumular excesiva riqueza, dañar el ambiente y hacer experimentos genéticos dudosos. El obispo Gianfranco Girotti, director del Penitenciario Apostólico, organismo que supervisa la confesión y las indulgencias plenarias de la Iglesia católica, fue el encargado de alargar la lista, en una entrevista a L'Osservatore Romano, titulada Las nuevas formas del pecado social.
"Uno no ofende a Dios sólo al robar, blasfemar, o desear la mujer del prójimo", dijo Gianfranco Girotti en referencia al texto que, según la Biblia, dictó Yahvé a Moisés, "sino también cuando uno daña el medio ambiente, participa en experimentos científicos dudosos y manipulación genética, acumula excesivas riquezas, consume o trafica con drogas, y ocasiona pobreza, injusticia y desigualdad social".
La Iglesia católica divide los pecados entre los veniales, es decir, menos serios, y los mortales, que amenazan el alma a la condenación eterna en el Infierno, al no ser absueltos antes de la muerte a través de la confesión y las penitencias.
No existe una lista definitiva de los pecados mortales. La primera, de hace 1, 500 años, fue redactada por el papa Gregorio El Magno y recuperada más tarde por Dante como hilo argumental de La Divina Comedia (siglo XIV): lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia. Así que la Iglesia cree necesario actualizarla. Los curas deben tener en cuenta "los nuevos pecados que han aparecido en el horizonte de la humanidad como un corolario, de este proceso imparable que es la globalización", dijo Girotti.