Domingo 14 de marzo de 1999

 







 

 


ENFERMEDAD QUE ROBA LA SONRISA A HERRERANOS
El bocio

Angel Santos Barrios
Azuero - EPASA

Las provincias de Herrera y Los Santos, específicamente los distritos de Las Minas y Los Pozos, registran una alta incidencia de bocio, según informe presentado por el Ministerio de Salud y la UNICEF.

Los estudios revelan que en esas comunidades se detecta un porcentaje elevado de bocio debido a una dieta deficiente de sal con yodo.

En 1990, la prevalencia de bocio a nivel de otras provincias registraba un 13.2%; en Azuero la cifra se elevó a 23.2% y en Herrera existía el porcentaje más alto del país con 45.7%.

Estas cifras no han disminuido en nada hoy día, muy por el contrario, se han elevado, declaró la enfermera jefa del centro de salud de Los Pozos, Licda. Aris Magalis Peralta.

En las comunidades de la campiña herrerana no hay que caminar mucho para encontrar evidencias del informe estadístico sobre el bocio. En cualquier rancho hay niños con bocio, incluso jovencitas embarazadas.

Los síntomas que registran personas con bocio son: retardo mental severo e irreversible, estatura reducida, sordera, microcefalia y problemas en su desarrollo neurosicológico.

La alimentación de estos habitantes está basada en arroz, frijoles, plátanos, yuca, casi todos preparados con sal cruda, o sea, sin yodo.

La Licda. Peralta mencionó además, que existe una Ley que indica que hasta la sal cruda debe ser yodada, ya que es consumida por el ganado y este animal es parte de la alimentación de los humanos.

Existe una manera de verificar si la sal tiene yodo: se vierte sal blanca en una servilleta blanca o en un pañuelo blanco, se le aplica tres gotitas de limón. Si la sal cambia a un color morado, es porque sí está yodada.

Un ejemplo de cómo esta enfermedad afecta la vida es el señor Donato Cedeño Gallardo, quien señaló: "Yo me siento mal, porque me da pena salir, ya no salgo por pena. Todos me miran, parece que estuviera en una fiesta de toros", refiriéndose a la enorme pelota que se observa bajo su garganta.

Donato Cedeño Gallardo es un señor de 50 años de edad, reside en un caserío del Guarumal en Ocú. Hoy, dice con nostalgia que fue un buen "mozo" con muchas mujeres que lo admiraban, ahora le da vergüenza salir a las calles.

 

 

 

 



 

Vallas de ciclón protegerán a cientos de espectadores en carrera automovilística

Tala de árboles pone en peligro proyecto ecológico en áreas revertidas

Taxistas de Arraiján descontentos con entrega de cupos inconsultos

Pondrán mano dura contra criaderos del Aedes Aegypti

 

PORTADA | NACIONALES | RELATOS | OPINION | DEPORTES | LATINOAMERICA | COMUNIDAD | REPORTAJES | VARIEDADES | CRONICA ROJA | EDICION DE HOY | EDICIONES ANTERIORES


 

 Copyright 1995-1999, Derechos Reservados EPASA, Editora Panamá América, S.A.