Seis mujeres le vieron la cara al terror en un salón de belleza en Parque Lefevre en el ocaso del domingo: dos hombres armados las sometieron para arrebatarles artículos de valor y dinero en efectivo.
ASI OCURRIO
Serían las 6:45 de la tarde. A la sala de belleza "Caras Lindas", en Santa Elena, entró un individuo de baja estatura, piel blanca, bastante flaco y apariencia extraña preguntando cuánto costaba un corte de cabello. Luego hizo una llamada por celular y dijo: "�Mami, to' tá bien!". Inmediatamente entró un sujeto de piel negra y corpulento. El compinche que estaba adentro cerró la puerta. El recién llegado se levantó el suéter y se sacó un revólver. Apuntó hacia una de las dependientes, con 6 meses de embarazo.
El ladrón blanco daba órdenes a las otras 5 mujeres para que se dirigieran hacia la parte de atrás y las encerró en el cuartito de depilación. Allí, el grupo de mujeres lloró invadidas por el miedo mientras las despojaban de sus pertenencias. Una de las víctimas se resistía a entregar los aros de matrimonio y los ladrones pretendían cortarle el dedo para sustraerlo cuando otra de las compañeras de infortunio ofreció la alternativa de usar cremas para facilitar la salida de los anillos.
Las aterradas mujeres temieron lo peor cuando el ladrón negro se frotaba los genitales frente a ellas. Una de las víctimas se orinó dos veces aterrada porque decía que su hijo no demoraba en pasar a recogerla y temía que se topara con los delincuentes y pasara una tragedia mayor.
Se respiraba el temor de que la embarazada se diera a luz dado el estado nervioso en el que se encontraba. Casi todas vieron pasar sus vidas como una película y pedían a Dios que les dieran fuerzas a sus seres queridos si algo les llegara a pasar a ellas. Los delincuentes las dejaron amarradas con zunchos. Ellas empezaron a rezar en voz alta; entró alguien y el grito fue unísono. Lo demás es historia.
Los delincuentes escaparon en un taxi Toyota Yaris, placa 1570.