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CRIMENES FAMOSOS
La muerte es ciega

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Max Haines

En 1990, hab�a m�s de 500 cr�menes cometidos en Dallas, Texas. El 13 de diciembre de ese a�o, cuando se encontr� el cuerpo de la prostituta Mary Pran, parec�a ser s�lo otro crimen de rutina, si el asesinato puede ser llamado una rutina.

El cuerpo desnudo de Mary fue llevado desde el campo en que fue encontrado a la morgue. Se realiz� una autopsia, la que indic� que era drogadicta y que hab�a tenido relaciones sexuales antes de ser baleada en la cabeza. Brutal y malvado como hab�a sido el crimen, no se destacaba de varias otras muertes de prostitutas que hab�an tenido lugar este a�o en Dallas.

El m�dico que realizaba la autopsia lentamente levant� los p�rpados de Mary. Desde ese momento, la muerte de Mary Prat nunca m�s ser�a considerada de rutina. Sus ojos hab�an sido limpia y precisamente sacados de sus cuencas, no arrancados o tajeados, sino por un procedimiento que seg�n el m�dico explic�, requer�a cierto grado de �habilidad quir�rgica�.

La investigaci�n sobre la muerte de Mary revel� que estaba trabajando de prostituta y usaba drogas diariamente. Caminaba la zona de Jefferson Boulevar y trabajaba en una bolsa de pulgas conocido como Star Hotel. Normalmente, atend�a a sus clientes en el Star o cualquiera de los s�rdidos hoteles en la zona inmediata.

Esta vez, la polic�a conjetur� que un cliente la hab�a convencido de llevarla en su auto algunos kil�metros hasta el campo donde la mat�. El asesino no hab�a hecho ning�n intento de esconder el cuerpo de su v�ctima, lo que dio a los expertos en comportamiento criminal la impresi�n de que estaba orgulloso de su trabajo y quer�a que el cuerpo fuera encontrado lo antes posible.

Atacar�a nuevamente

El FBI, que fue tra�do al caso por requerimiento de la polic�a de Dallas, hab�a investigado muchos asesinatos que involucraban mutilaciones, pero ninguno en que los ojos hubieran sido extra�dos. Sent�an que este tipo de asesino estaba motivado por el placer de matar y que atacar�a nuevamente.

Con la cooperaci�n de prostitutas que hac�an su negocio cerca del lugar de Mary, fueron detenidos e interrogados muchos sospechosos extra�os. Todos fueron liberados por no estar involucrados en el asesinato de Mary. Su proxeneta fue interrogado, pero �l tambi�n prob� que no estaba involucrado.

Dos meses despu�s de la muerte de Mary, el cuerpo de la prostituta Susan Peters fue encontrado en el mismo campo en donde Mary hab�a sido arrojada. Ella tambi�n hab�a actuado para su asesino, despu�s de lo cual hab�a sido baleada dos veces en el cuerpo y una vez, estilo ejecuci�n, en la cabeza. En la morgue se descubri� que sus ojos hab�an sido sacados de sus cuencas. Al igual que Mary, Susan era drogadicta y era conocida a lo largo del Jefferson Boulevard. Ella tambi�n hab�a sido recogida por su asesino y llevada a donde fue encontrada.

Los dos asesinatos eran id�nticos en todos sus aspectos excepto uno. El asesino hab�a usado dos armas diferentes, lo cual era inusual, pero la historia de las mutilaciones de los ojos no dejaban dudas de que los dos asesinatos eran la obra diab�lica de un mismo hombre. El asesino no hab�a dejado ninguna pista de su identidad. Nadie lo hab�a visto recoger a las muchachas, ni nadie hab�a atestiguado los cr�menes. Ni una huella digital hab�a sido dejada por el asesino. No se encontr� semen en la escena del crimen.

Pas� m�s de un a�o. Las prostitutas del Boulevard Jefferson, en un momento recelosas de sus clientes, ahora bajaron la guardia. Pensaron que el asesino se habr�a mudado. Estaban equivocadas.

El 18 de marzo de 1991, Shirley Williams, una prostituta afro-americana de 45 a�os, adicta a las drogas, se convirti� en la tercera v�ctima del demente. Hab�a sido baleada dos veces en la cabeza. Luego, como en los dos asesinatos previos sus ojos hab�an sido extra�dos. Una camarera que sal�a de su turno de la noche encontr� el cuerpo de Shirley a no m�s de un kil�metro y medio de su zona de Jefferson Boulevard. Un examen de bal�stica de las balas tomadas de los cr�neos de las tres v�ctimas prob� que Shirley hab�a sido baleada con la misma arma usada para matar a Mary Pratt. Un pelo cauc�sico de pubis se encontr� en el cuerpo de Shirley. Una vez m�s, no se encontr� semen, lo que indicaba a los detectives que el asesino hab�a usado preservativos.

Los investigadores consultaron con las prostitutas, quienes ahora estaban comprensiblemente aprensivas de ejercer su comercio. Este asesino no ten�a en cuenta las l�neas raciales. Las dos primeras muchachas eran blancas, mientras que Shirley Williams era negra. Poco a poco las muchachas se confiaron con los investigadores. Hab�a un hombre que recog�a muchachas una vez por semana. En meses recientes hab�a exigido un sexo tan brutal que ellas se hab�an negado a ir con �l. Su nombre era Charles Albright.

Albright era un sospechoso improbable. A los 57 a�os de edad, era inusualmente viejo para un asesino en serie. Viv�a con su concubina Dixie, en una casa que su padre le hab�a dejado para �l. Albright ten�a una variada historia laboral, la que inclu�a ense�anza de biolog�a y trabajos de carpintero. Sus entradas derivaban principalmente de propiedades en alquiler traspasadas a �l por su padre. Era bien considerado en su vecindario y era conocido por su buena voluntad para ayudar a personas que estuvieran pasando un mal momento.

Las prostitutas contaron una historia diferente. Albright era un cliente que iba m�s all� de lo normal. Una verificaci�n de su prontuario policial tendi� a confirmarlo. Ten�a una condena por asalto agravado a una ni�a menor de 14 a�os y varias condenas por fraude y robo. Con los a�os, hab�a negociado sus sentencias con la fiscal�a para obtener libertad bajo palabra, excepto en una ocasi�n en que hab�a cumplido un a�o en prisi�n.

 

 

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Un demente estaba matando prostitutas en Dallas, Texas, pero la polic�a no ten�a testigos ni sospechosos.

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