La luna llena los inspiró, el corotú los cobijó y el ruido de los tambores los unió.
Eran alrededor de 300 manos, las que con la palma o con bolillos rompieron el silencio nocturno tradicional de la Ciudad del Saber. Allá, cerca al Centro de Convenciones hay un árbol inmenso de corotú. La sombra de él y el fresco aire bastaron para no necesitar aquella estructura como escenario. �El corotú fue más que perfecto!
"Luna llena de tambores" fue el nombre de la actividad que los congregó. La entrada era gratis. Lo único que debían llevar los asistentes era un tambor -hubo algunos que llevaron tanques- y a los que no llevaron, les consiguieron; la cuestión era que todos los presentes tuvieran con que tocar, hacer el ruido y pasar un rato agradable.
Un grupo de percusionistas, dirigidos por Alfredo Hidrobo, se encargó de la organización. Allí mezclaron los sonidos más representativos de la cultura afrodescendiente de las Antillas, Brasil, Colombia, Centroamérica y Panamá.
Entre los extranjeros figuró el brasileño José Pereira, del grupo Bizouro Mangangá, quien con su estilo rasta y la percusión ejecutada se ganó el aplauso de los presentes y la cercanía de los niños que lo acompañaron a tocar.
Pereira es conocido en Brasil como Ze Culé (cuchara) porque desde pequeño tocaba en las calles con cucharas y latas. �l estaba fascinado. Dijo que a diferencia de Centroamérica, en Panamá, sentía una energía muy fuerte. "Son muy alegres los panameños.. muy felices", opinó.
La agrupación de Ze Culé inició una gira por los países centroamericanos desde agosto de 2010. "La idea es retornar a Brasil con una propuesta más rica, recogiendo algo de cada cultura, es una fusión de culturas", explicó Melissa Barquero, una tica que pertenece al mismo grupo musical.
Entrada las 10:00 p.m., los presentes fueron recogiendo sus petates, tambores, tanques y devolviendo los bolillos; la noche de "luna llena de tambores", debajo del corotú, había terminado. Fue cuando entonces Itamar, un niño de 9 años, que había tocado con toda sus fuerzas, se le acercó a uno de los organizadores y exclamó: "�Regálame tu tambor!".