La mañana no pasaba sin mayores sobresaltos. Sólo un fuerte sol que se quería comer la pista de tartán del Rommel Fernández.
Allí, en aquel escenario, se iniciaba un paso firme hacia la eliminatoria mundialista. Era el teatro de la fantasía y hasta de los sueños.
El elenco principal, la selección, trotaba y ponía en marcha un paso hacia un fogueo importante: Honduras el 7 de abril en la tierra del rival.
No faltó ningún protagonista. Asistieron Luis Henríquez y Jorge Dely, por el Arabe Unido.
Dos más del San Francisco; Manuel Torres y Víctor Miranda. Y cuatro taurinos, Juan Carlos Cubilla, William Aguilar, Ricardo Phillips y Luis Moreno.
Era un grupo pequeño, sin mayor cantidad, pues los otros ocho están fuera del patio en ligas de otras esferas.
Antes y después de la trotadera se dio la charla técnica de rutina.
Sólo que en medio de la última charla del entrenador José Hernández, se accionó el sistema de riego del Rommel Fernández.
A "Cheché" no le importó y siguió su conversación como si nada. Los jugadores y el técnico se mojaron, simple curiosidad, pero nadie se movió.
El trabajo se desarrollará hoy y mañana, para completar la otra semana de cara a un partido difícil contra Honduras.
Por ahora se está a la espera de la confirmación de los legionarios, de cara al citado cotejo internacional.
Por lo demás, seguirá el trabajo con esta pequeña banda, que no es de música, aunque sólo sean ocho.