Comer pescado al menos una vez a la semana una vez superados los 65 años puede reducir las posibilidades de sufrir algún tipo de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer. Si usted aún no ha superado el umbral de la jubilación todavía está a tiempo de iniciarse en este hábito saludable.
El pescado, rico en ácidos grasos poliinsaturados, tiene un efecto protector en el sistema vascular y, según los investigadores, puede reducir la inflamación cerebral y favorecer el desarrollo y la regeneración de células nerviosas.