Indígenas hacen ponchera en plena vía pública de David. Eran apenas las 9:00 de la mañana de ayer y en la popular bajada de Tomy en la ciudad de David un grupo de indígenas todavía disfrutaban de lo que parecía era su fiesta privada a un lado de la vía pública.
La reunión de unos 12 indígenas, con uno que otro latino colado, incluía como siempre los tragos de alcohol puro, conversaciones no muy decentes en voz alta y hasta la demostración de las más bajas pasiones de unos con otros, porque también había mujeres.
Es una situación que, según las personas que pasan por el lugar, bastante transitado, es cosa de todos los días, sin que exista autoridad alguna que frene los actos inadecuados que este grupo de indígenas realiza.
"Usted no ha visto nada, si fuera un poco más allá doblando por el antiguo hospital Obaldía hasta puede ver a indios teniendo sexo como si nada", dijo un señor que trabaja por el lugar.
El piso de la acera parecía la mejor cama para una pareja que estaba en el lugar, donde evidenciaron que estaban vivos cuando movieron sus cuerpos para tener otra posición dentro del sueño que tenían por la borrachera.
Dormían los dos abrazados, como en el mejor hotel, sin importar el escándalo que sus paisanos hacían a su lado, hasta que otro de los durmientes cercanos empezó a meter mano por debajo de las naguas de la mujer ajena.
La oposición del que parecía el dueño de la dama fue al principio, pero después quedaron los tres juntitos.
"Eso está mal", nos exclamó uno de los indígenas que al ver que se estaban sacando fotografías llegó hasta la acera donde nos encontrábamos. "Yo chupo, pero no me pongo en esas cosas", repetía aduciendo que "el guaro es para los hombres, no para los maricas que se duermen".
En la acera también estaba otra indígena, que por su tamaño y facciones es menor de edad. También evidenciaba estar bajo los efectos del alcohol y mientras estuvimos allí dejó que por lo menos cuatro de los hombres que la acompañaban tocaran sus partes y hasta la besaran apasionadamente, entre el brindis con los tragos.
Ellos toman alcohol puro, porque les sale más barato (solo 60 centavos la popular "pacha" o el cuarto de botella) y lo consiguen fácilmente en las distribuidoras de asiáticos que les quedan al frente de donde se reúnen.