Muchos adultos mayores, al llegar a esta etapa, piensan que su vida útil ya pasó y que deben dedicarse a estar en su casa, encerrados y cuidando a los nietos.
Pues sepa usted, amigo lector de la tercera edad, que eso no es así. Hay una alternativa para cumplir esos sueños que la vida no le ha permitido lograr y esta no es un asilo, sino la universidad.
�A LA UNIVERSIDAD, YO?
Sí, usted mismo. La doctora Argénida de Barrios es la directora general de la Universidad del Trabajo y de la Tercera Edad, donde los adultos mayores tienen la oportunidad de estudiar y aprender algo que él o ella hayan deseado.
Narra la doctora que realizó un estudio en la USMA sobre quien decide el internamiento del pariente anciano. Allí, comenta, aprendió muchas cosas nuevas, y decidió fundar esta entidad, adscrita a la vicerrectoría de Extensión de la Universidad de Panamá.
Barrios destaca que la población está en franco proceso de envejecimiento, y que probablemente, según datos obtenidos por ella misma, la población de Panamá esté compuesta en un 12% por gente de la tercera edad.
"De aquí a unos años, la población en su mayoría será vieja. Nadie se está preparando para ello (...) nos hemos dedicado a la niñez y a la adolescencia, pero nos hemos olvidado de los adultos mayores", aseveró.
Durante un doctorado en Educación, esta señora de temperamento firme y decidido, comenzó a buscar qué puede hacer para que el adulto mayor tenga mejor calidad de vida. Concluyó en que la estimulación por medio de la educación permanente, ayuda a que viva más años con calidad, y hace que decrezca la senilidad.
INICIOS
La primera universidad de la Tercera Edad nace en Toulouse, Francia, en 1978. Surge en Panamá en el 2000, cuando le presenta a Gustavo García de Paredes la idea de la creación de la Universidad y él lo acepta.
Apenas se dio el anuncio de que había una universidad para la tercera edad, apareció un grupo de la tercera edad de la ONU que solicitaba algo parecido.
Luego de esto, en la actualidad hay 9 mil estudiantes en todo el país: Coclé, Azuero (donde tienen edificio propio), Darién, Chiriquí, Santiago, Colón y se están haciendo las gestiones para llegar a Las Tablas, donde la mayoría de la población es de la tercera edad.
CURSOS
Hay infinidades. Desde manualidades y primeros auxilios y otros de enfermería, hasta técnicas de medicina natural, pasando por la acupuntura, yoga, entre otras artes orientales.
Muchos de los cursos están siendo analizados para que sean diplomados.
"El mundo sigue buscando la fuente de la juventud, pero no entiende que la fuente de la juventud somos nosotros mismos", sentenció la doctora.