La propuesta fue como si me dieran un bofetón en la cara. !Hirió mi dignidad y orgullo! Pero tuve que controlarme por motivos de mi reciente y primer empleo.Tenía dieciocho años y era Oficial Mayor (subsecretario) del Juzgado Cuarto Penal. Allí se ventilaban todo tipo de delitos, menos asesinatos.
Se me pidió que "desapareciera" un expediente a cambio de dinero. Lo dijo un reconocido fotógrafo de sociedad.
Resulta que había querido aprovechar una "ganga". Compró por treinta balboas una máquina que costaba más de diez veces).
El artículo era robado. El ladrón confesó al ser detenido quien le compró el producto de su fechoría y lo arrestaron. Salió con fianza y comenzó su calvario judicial.
"Me gaste mucho dinero en la Policía para que escondieran el expediente y me engañaron. Tú puedes ayudarme haciendo que se pierda y te pagaré lo que quieras", señaló algo nervioso.
Le dije que era imposible "desaparecer" un expediente cuando llegaba al Juzgado. Y le indiqué que no era persona que hiciera eso....
Cuando le anuncié al Juez lo ocurrido, solicitando que lo acusaran de soborno, se negó. Explicó que "será la palabra suya contra la de él" y el asunto quedará en nada.
Finalmente se buscó un abogado habilidoso, que convenció al Juez que había comprado la máquina robada "de buena fé" y lo absolvieron.
Ese incidente pasó hace más de cuarenta años. Lo recordé la segunda semana de marzo, cuando por tercera vez rechase una tentación.
Resulta que desde diciembre me están ofreciendo un objeto que me gusta mucho. Vale más de doscientos cincuenta balboas y me lo venden... en sesenta.
Hasta me han rogado para que lo compre. Confesó, el señor que trabaja en una empresa lujosa y con esos artículos se "rebusca".
Ví los objetos. Los toque y use... me fuí a un rincón porque mi mente se trasladó por el "túnel del tiempo" a cuando comencé a trabajar.
Luego le indiqué al señor que no compraría. Me fuí rápido satisfecho que los valores inculcados por mis padres hubiesen triunfado otra vez, ante las tentaciones de conseguir objetos caros, a precio de "gangas".
He escrito muchas veces que hay que evitar comprar objetos robados. Si robar no "es negocio", entonces el ladrón tendrá que buscar otra manera de ganarse la vida."