El retorno de Tiger Woods al golf tras cinco meses de ausencia y escándalos monopoliza la atención en el Masters de Augusta, en el que a partir de hoy el defensor del título, el argentino �ngel Cabrera, tratará de revalidar su histórica victoria de 2009.
El entusiasmo que ha despertado la vuelta del número uno del mundo a la competición tras el escándalo de infidelidad que lo marginó de las canchas de golf queda evidenciado no sólo en las apuestas, donde sigue siendo el favorito a colocarse la chaqueta verde (4 a 1) por delante de Phil Mickelson, Padraig Harrington y Ernie Els, sino fundamentalmente por el valor del segundo de publicidad en televisión (superior a los 250.000 dólares), que convertirá la edición del Masters en el evento de Grand Slam con mayor audiencia de los últimos 15 años.
Sin embargo, es un interrogante el estado de juego del número uno del mundo, quien justamente hace un año también retornaba a un "major" en Augusta tras superar una operación de rodilla que lo marginó del golf ocho meses y que lo obligó a desertar de los dos últimos grandes de 2008 (British Open y PGA Championship).
"El Masters es el primer torneo que gané en 1997 y por eso quiero empezar mi temporada aquí", dijo Woods cuando anunció su regreso a las canchas.