Cuenta la historia de La Chorrera que, en 1909, siendo presidente del Consejo Municipal, Don José de la Rosa Veces, esta comunidad se dividió en 9 corregimientos, entre los que se hallaba El Coco y La Laguna, el que posteriormente se dividió en la década del 50, dando origen al corregimiento de Guadalupe.
Por esa misma década, con la llegada de los colonos santeños a la región, un señor de apellido Anria, oriundo de Pocrí, fundó a la entrada del poblado un jardín de bailes típicos, al que apodaban La Charca.
En una planicie ubicada cerca de donde opera la Cantera de El Coco, el Concejo Municipal destinó un terreno de varias hectáreas para crear la Barriada del Periodista, iniciativa que terminó en un rotundo fracaso, ya que sus promotores nunca habitaron el sitio por considerarlo distante.
En el censo del 2000, ambos corregimientos sumaban los casi 40 mil habitantes, cifra que, según mi proyección, podría haberse duplicado al 2010 por la fuerte corriente migratoria que está llegando al área.
Por esa fuerte ola migratoria, esas comunidades han comenzado a sentir los mismos problemas sociales de inseguridad pública, falta de servicios comunitarios, vialidad, educación y mala planificación urbana.
A estos barrios se trasladan a menudo pandilleros procedentes de Panamá, Colón, San Miguelito y Arraiján para ocultarse de la ley, lo cual crea un clima de zozobra que antes no existía.
La aparición de personas ajusticiadas, el tráfico y consumo de droga con participación de mayores y menores de edad y la desintegración familiar son apenas la punta de un iceberg que se asoma, donde antes se podía disfrutar de un ambiente sano y acogedor.
