La catástrofe causada por las lluvias y los deslizamientos de tierra en Río de Janeiro, que ha dejado hasta el momento 161 muertos, adquirió nuevas dimensiones al advertir los bomberos de que un alud en un antiguo vertedero convertido en barrio puede haber sepultado a unas 200 personas.
La atención de los socorristas se centra en el barrio Cubango de Niteroi, ciudad vecina de Río de Janeiro, donde el desprendimiento de toneladas de tierra y basuras del Morro do Bumba destruyó anoche unas 50 casas, según cálculos de las autoridades.
Como no hay un registro oficial de las viviendas construidas en las laderas de los cerros, las autoridades basan sus cálculos en las informaciones de vecinos y así fue que el comandante de los bomberos, coronel Pedro Machado, llegó a la conclusión de que unas 200 personas pudieron haber quedado sepultadas por toneladas de tierra y basura.
Hasta ayer habían sido encontrados diez cadáveres, mientras que 53 personas fueron rescatadas con vida, de las cuales 21 tuvieron que ser hospitalizadas.
Un portavoz de la Alcaldía de Niteroi dijo a EFE que no disponen de números precisos sobre personas desaparecidas por el alud en el Morro do Bumba, mientras que la secretaria de Medio Ambiente del estado de Río de Janeiro, Marilene Ramos, afirmó que la cifra de sepultados no debe ser tan alta como calculan los bomberos.
"Muchos habitantes dejaron la zona después del primer deslizamiento", dijo la funcionaria, lo que indica que, una vez más, fue una tragedia anunciada y poco se hizo para impedirla.
En el caso del Morro do Bumba, el terreno sobre el que se construyeron las viviendas es más inestable que cualquier otra ladera porque, según las autoridades, entre 1970 y 1986 el lugar fue usado como vertedero de basuras, con lo cual la capacidad del suelo de absorber el agua de lluvia es menor.