José Domingo Ulloa Mendieta asumió ayer el Arzobispado de Panamá. Sólo la toma de posesión del Presidente de la República se compara al despliegue de seguridad y solemnidad que enmarcó el evento religioso en la tarde de ayer.
Una Plaza Catedral abarrotada de fieles de distintas generaciones recibió con aplausos, vítores y lágrimas de alegría al que por designio del papa Benedicto XVI, se convirtió en sucesor de José Dimas Cedeño, quien ocupó el cargo por 16 años.
En la ceremonia estuvieron presentes la plana mayor de la Iglesia católica panameña y autoridades religiosas enviadas desde Roma, Italia, Costa Rica, Honduras y Guatemala, entre ellos los obispos Rómulo Emiliani (destacado en Honduras) y Mario Molina (Guatemala) y el cardenal hondureño �scar Rodríguez Madariaga. También estuvo presente el nuncio Andrés Carrascosa.
El presidente Ricardo Martinelli y su vicepresidente Juan Carlos Varela, junto a políticos de todas las corrientes, entre ellos los ex mandatarios Martín Torrijos y Mireya Moscoso, fueron testigos de cómo Ulloa juró fidelidad a la Iglesia católica durante su asunción.
En la ceremonia de traspaso del cargo canónico también estuvieron presentes autoridades eclesiásticas centroamericanas.
Su asunción se inició con la lectura de la bula, que es el mensaje del papa Benedicto XVI, donde notifica su decisión de elegir a Ulloa. Acto seguido, el nuevo Arzobispo renovó su fe ante los presentes e hizo el juramento de fe al recitar el Creo.
La entrega del Báculo Sagrado a Ulloa, por parte del nuncio apostólico, Andrés Carrascosa Coso, marcó el clímax del arribo del prelado a la jefatura de la Iglesia católica.
El acto siguió con las expresiones de lealtad del Gabinete de Obispos, las expresiones de saludo de los miembros de la Iglesia rusa ortodoxa y la episcopal. El desfile de felicitaciones culminó con las muestras de respeto del presidente Martinelli y el resto del Consejo de Gabinete.
DISCURSO DE ULLOA
En sus primeras palabras, monseñor Ulloa prometió liderar una iglesia que se transformará en constructora de esperanza, que se abrirá camino entre luces y sombras y optimismos.
Ulloa señaló como su prioridad ministerial encabezar una Iglesia misionera para la nueva evangelización del pueblo, fuera de los muros de los templos.
Pidió a la clase política anteponer los intereses del pueblo a los intereses particulares. Destacó que ante un Panamá de gran desarrollo material urge reformular la distribución de la riqueza.
Frente al presidente Martinelli, Ulloa planteó la necesidad de ejecutar un modelo económico social y político con un rostro más humano.
El azuerense que había sido ordenado obispo el 17 de abril de 2004, también sostuvo que en Panamá "se necesitan hombres y mujeres en cada una de las esferas de la sociedad, capaces de hacer germinar un nuevo modelo económico, social y político con un rostro más humano, más sostenible y solidario".
