A pesar de ser uno de los más aplaudidos, el artista Jerry Rivera prefirió la comodidad de la tolda con aire acondicionado que compartir con el público bocatoreño. Ni siquiera por cortesía tomó el micrófono y dio excusas por su tardanza, de más de hora y media. Su excusa fue simplemente que su español no era bueno.
Por si fuera poco, una de sus acompañantes hizo poner dos policías en la puerta que impidieron el trabajo periodístico.