El viernes debe entrar en rigor en Panamá una ley antitabaco más rigurosa que la anterior. Se prohíbe fumar en centros de concentración de público, terminales de transporte aéreos, terrestres y marítimos, así como sitios cerrados, centros deportivos, edificios, colegios y empresas. Hasta la publicidad, aunque sea subliminal, no podrá divulgarse.
Es una medida para frenar los efectos del tabaco sobre los fumadores y no fumadores, tomando en consideración que cada año mueren en el mundo cuatro millones de personas por efectos de las sustancias que contiene o que produce el tabaco: nicotina, alquitrán y monóxido de carbono
El Ministerio de Salud prepara la reglamentación de la ley. Ya se escuchan algunas objeciones de los hoteleros y dueños de restaurantes, pero la situación exige endurecer las prohibiciones.
Antes el fumar, era un vicio más que todos de adultos en edad madura, pero ahora los jovencitos son asiduos consumidores de los productos preparados por las tabacaleras.
Los informes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), advierten que para el año 2020, siete de cada 10 personas estarán en riesgo de morir por el consumo directo e indirecto de tabaco.
Panamá es un país que registra una gran incidencia de muerte por casos de cáncer y hasta ya hubo demandas del país contra las tabacaleras. Ojalá que las nuevas medidas, sirvan para controlar un tanto a los fumadores y a los que se ven obligados, de una u otra forma, a aspirar ese humo tóxico.