Las palabras del mandatario Martín Torrijos de reiterar que el domingo se respetará la voluntad popular que exprese el pueblo en las urnas, deben ser resaltadas.
Desde 1990 a la fecha, los gobernantes salientes han respaldado el libre ejercicio del sufragio, a pesar de que ningún candidato oficialista ha triunfado en los comicios.
El actual torneo electoral ha sido una de las más fuertes en cuanto a los ataques verbales y campañas negativas, por lo que existe algún grado de preocupación en algunos sectores.
Ya el jefe del Ejecutivo ha sido claro: nadie dude que se respetará la sagrada voluntad de los ciudadanos. Ese mensaje también deben acogerlo los candidatos, sobre todo los perdedores, para que acepten con gallardía y civismo la derrota.
Los partidos políticos también deben mantener control sobre sus huestes, para evitar provocaciones y enfrentamientos el próximo domingo. El 3 de mayo debe convertirse en una fiesta democrática no en una jornada para destruir al adversario.
Al final del día todos somos hijos de esta Patria y lo bueno o malo que suceda afecta a la colectividad y no sólo al que resulte vencedor o salga derrotado en las elecciones del domingo.
Los hechos que caracterizaron algunos comicios de antes de 1968 y en la época de la dictadura, no pueden repetirse. El pueblo es el que decide y su voluntad debe respetarse.