Aunque lo vean como labor muy normal, la vida de la mujer trabajadora no es nada fácil. Combinar las palabras casa, hijos y oficina puede llegar a enloquecernos, pero es una labor que se puede conquistar.
Y es que el trabajo fuera del hogar ha sido, en el último siglo, la gran conquista de la mujer.
Las mujeres siempre han trabajado, ya sea educando a sus hijos, cuidando de su familia u organizando el hogar. También les ha tocado salir de casa, ganar independencia y libertad. El trabajo es saludable para la mujer igual que lo es para el hombre y representa la conquista de esa autonomí�a personal, que entre otras cosas otorga la independencia económica.
Disfrutar y sentir satisfacción con el trabajo conduce al bienestar emocional. Para conseguirlo, es importante recordar las siguientes pautas:
- Hay que tener presente que el hecho de sentirnos bien siempre está relacionado con encontrar un equilibrio entre lo que deseamos hacer y lo que podemos hacer.
- Es muy relevante que los logros profesionales sean reconocidos por la pareja y por nuestro ámbito familiar.
- Debemos intentar que el trabajo no sea el escondite de las carencias personales. Cuando se intentan esconder otros problemas con un exceso de tareas laborales, aparecerán sí�ntomas psí�quicos.
- No sirve para nada martirizarnos con la culpa de que no dedicamos bastante tiempo a la gestión emocional que normalmente solemos llevar dentro de la familia.