EDITORIAL
Economía desinflada
La economía panameña está desinflada, fue la expresión que lanzó el exmandatario y exdirectivo del Banco Mundial, Nicolás Ardito Barletta. No hay que ser un genio en materia de finanzas para llegar a esa conclusión. Salga usted cualquier día a cualquier hora a las principales arterias comerciales y notará la poca actividad que registran los negocios.
Cada día se anuncia el cierre de una empresa. Están quebrando los pequeños comercios, pero también compañías de tradición en nuestro Panamá. Los indicadores económicas revelan que en los primeros meses del año, la mayoría de las actividades, salvo el turismo, la construcción y la producción de leche y tomate, han registrado bajas.
Hasta la misma producción de cervezas y licores nacionales, reflejan descensos significativos, al igual que las apuestas en el Hipódromo y la Lotería Nacional. Se estima que este año, la economía apenas crecerá entre 1 y 1.5 por ciento, lo que es insuficiente para generar empleos para un país, cuya mitad de la población vive en pobreza.
Lo malo de todo es que la nación ya vive una campaña electoral anticipada, período, donde unos pocos se atreven a invertir, esperando los resultados de los comicios y el cambio de gobierno. La única esperanza que se vislumbra para la economía, es que el gobierno ejecute el inventario de obras que tiene pendiente desde hace meses y que avanzan a cuenta gotas.
También se espera que la misma campaña electoral genere movimiento en algunos negocios ligados a la actividad como la publicidad, transporte y otros, pero esos gastos son pasajeros y no recurrentes.
Frente a los hechos, a las empresas no les queda más remedio que ajustarse el cinturón y reducir gastos para capear el temporal en espera de mejores tiempos. A los trabajadores que tienen un empleo, que lo cuiden mucho y desempeñen una labor eficiente, porque en la calle las cosas está más dura que nunca y los puestos de trabajo escasean.
PUNTO CRITICO |
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