Como muchos, seguimos al pie de la letra las noticias de México. Hace cinco meses no dormíamos bien, por estar atentos a los canales internacionales de televisión y a los noticieros de onda corta, para saber cómo le iba a don Felipe Calderón con el tamborito que le tenía formado en el enarbolado zócalo de la capital, su "cuate" Andrés Manuel López Obrador a quien derrotó muy estrechamente por 250 mil votos, de entre 42 millones depositados.
Su Excelencia Felipe Calderón ha demostrado en tan sólo medio año, que es tremendamente eficaz a pesar que inició el camino de un mandato con un enorme pedregón en su zapato izquierdo. El destacado mandatario mexicano, ha demostrado que ya pasaron los tiempos en que; regalando plata, revolviendo calderos de arroz "fufuteao" e improvisando, se gobierna a un país latinoamericano.
Hasta ahora, no me he enterado que ninguno de los actuales funcionarios de la tierra del tequila, haya perdido medio segundo de la responsabilidad asumida, culpando de todas las vainas al gobierno anterior. Y, es que la personalidad de don Felipe Calderón no permite esos desatinos tan cursis, consiguiendo con esa actitud de verdadero estadista, éxitos deslumbrantes aún con un congreso de mayoría opositora.
Personalmente no daba ni dos reales por el mandato del conservador Felipe Calderón quien con su partido Acción Nacional, parecía que no sobreviviría a la fortísima oposición reinante, y ahora me asombro por las increíbles y necesarias alianzas que ha logrado formar para gobernar y hacer su histórico trabajo de presidente de un país.
Ante el aumento de la popularidad del presidente mexicano, uno de los más renombrados escritores latinoamericanos, que a la sazón es opositor de don Felipe Calderón dijo sin querer en una mesa de tragos, que "Nuestros pueblos valoran la acción". Pueda que el pueblo panameño, antes que termine este mandato sienta lo mismo.