Lo que hasta ahora se consideraban simples reacciones reflejas en los bebés prematuros pueden ser manifestaciones de dolor, según un estudio publicado en el "Journal of Neuroscience".
Para efectuar esta investigación, los científicos del University College de Londres hicieron escáneres cerebrales a dieciocho bebés prematuros, nacidos entre la semana 25 y 45 posterior a la concepción, a los que se les sometió a análisis de sangre.
La exploración reflejó un aumento de los niveles de sangre y de oxígeno en las áreas sensoriales de su cerebro, lo que demostraba que la sensación de dolor estaba siendo procesada por ese órgano.
La directora de la investigación, María Fitzgerald, señaló que es la primera vez que se prueba que "la información sobre el dolor llega al cerebro en los bebés prematuros".
Según Fitzgerald, con anterioridad, otros estudios habían demostrado que los recién nacidos podían dar muestras de malestar, lo que podía interpretarse de forma errónea como "reacciones reflejas del cuerpo más que señales de dolor verdadero".
La investigadora indicó que hasta ahora ha existido una "falta de información básica" sobre cómo tratar el dolor en los bebés prematuros, por lo que espera que esta investigación sirva para un mayor control en las unidades para prematuros.