El mal aliento se debe a la falta de higiene bucal o a problemas digestivos, aunque hay otras causas como la inflamación de las encías, caries, fumar, beber café, etc.
La falta de piezas dentales ocasiona desde la mala digestión hasta dolores musculares en cara y cuello. Además, la bacteria que ocasiona la caries a largo plazo puede provocar problemas valvulares del corazón.
Existen olores característicos que pueden ser signos de enfermedades sistémicas como son un olor a pescado en casos de insuficiencia hepática, otro de tipo amoniacal que está relacionado con problemas renales y el típico a frutas durante los procesos de desequilibrio de la diabetes.
La primera regla para combatir el mal aliento es lavarse los dientes y la lengua después de levantarse y después de cada comida. Como el mal aliento suele ser un aviso de posibles infecciones, se recomienda el consumo de verduras verdes, es decir con clorofila, ya que la vitamina A y del complejo B combaten las infecciones al limpiar la sangre y el colon. También es recomendable el yogur, pues mejora la flora intestinal lo que ocasiona el mal aliento. En todo caso, hay que evitar el exceso de azúcares. En estos casos, aunque parezca una contradicción, se recomienda masticar ajo, ya que actúa como antibiótico destruyendo bacterias extrañas en boca y colon. Pero si lo que se pretende es limpiar los dientes, lo que se deben masticar son zanahorias crudas. Para el mal aliento, siempre se ha utilizado el perejil, el cilantro y las hojas de menta, pero el cepillado diario de los dientes y el hilo dental son los mejores aliados.