La carne cocinada a altas temperaturas hasta el punto de quemarse o chamuscarse puede incrementar el riesgo de sufrir cáncer pancreático, según los datos presentados en la reunión anual de la Asociación Americana de Investigación contra el Cáncer. Cocinar la carne hecha o muy hecha ya sea frita, a la plancha o en la barbacoa puede formar agentes carcinógenos que no se crean cuando la carne se hace al horno o cocida.
Las personas que preferían la carne muy bien hecha tenían casi un 60% más de posibilidades de desarrollar cáncer pancreático frente a los que la tomaban menos hecha o no la comían.
De todas maneras, señaló que "quienes disfrutan con la carne frita o a la barbacoa deberían considerar bajar la temperatura o cortar los trozos quemados cuando está hecha", pues hay que cocinar la carne lo suficiente como para matar las bacterias, pero sin exceso.