"Quisiera, si me lo permites quisiera.. " le susurraba al oído Cristian Sánchez a Mirta Rodríguez, recordando la primera pieza que bailaron cuando iniciaron su noviazgo; fue este mismo tema de Osvaldo Ayala, que el novio decidió que se convirtiera en la primera pieza que disfrutaran como esposos.
Todos los detalles eran perfectos, fue como un cuento de hadas que la presentadora de Hecho en Panamá, escribió paso a paso. El profesor que se convierte en novio y luego le jura amor hasta que la muerte los separe.
Mirta tuvo la boda de sus sueños, sólo con unos detalles que tuvo que cambiar, y todo por las inclemencias del tiempo, como de un carruaje lleno de flores a un auto Lincoln Ford Navigator.
La ceremonia tuvo lugar en la Iglesia San Miguel Arcángel de Monagrillo, la presentadora llegó acompañada de su padre, quien no podía ocultar su gran emoción.
El aire soplaba con poca frecuencia, era una noche tranquila, sólo se escuchaban las campanadas que anunciaban que ya pronto iniciaría la boda del año en aquel pueblo. Mirta estaba hermosa, dejó a todos con la boca abierta, aunque su vestido era muy elegante no dudó en darle un toque folclórico.
Fue una noche llena de emociones, en la que las lágrimas no pudieron faltar, tanto por parte del novio como de la novia, pero cuando todos pensaron que él lloraba por su amada, confesó que le trajo grandes recuerdos de su difunto padre.
Los padrinos fueron el Ministro de Educación, Salvador Rodríguez, y la reina del tiempo, Annette Quinn; también la acompañaron las caras de Hecho en Panamá, como �scar Poveda y Luis Pérez.
Luego de la ceremonia religiosa, los novios se dirigieron a la recepción en el salón principal de la Feria de Azuero, que fue decorado por la floristería "Detalles y detalles" con colores primaverales que reflejan, según el decorador Gaby Pérez, el carácter de la novia.
La noche fue amenizada por "Los consentidos Manuel de Jesús y Abdiel Núñez", quienes tocaron los temas del recuerdo y cerraron con "La Chola", luego de que la murga, que no podía faltar, hiciera su presentación.
Mirta y su esposo bailaron hasta el amanecer.
