El delantero brasileño Ricardo Izecson, "Kaka", se olvidó ayer de su nuevo club, el Real Madrid, así como de Silvio Berlusconi, propietario del Milán, el anterior club del jugador, para pensar únicamente en la Copa de las Confederaciones que sueña con levantar dentro de dos semanas.
Kaká sólo aceptó pronunciar unas palabras de agradecimiento como despedida hacia la afición de Milán, como consecuencia de la importancia que había tenido su paso por el club italiano en el desarrollo de su carrera. "No hablo más que de la selección".